25.11.06

un objetivo

Todos los cambios importantes de la vida, suceden en in simple instante, un pestañeo, la velocidad del pensamiento, es el giro de determinada angulación que se puede tener para que la vida cambie.

Los instantes son esporádicos, tan callados que en ocasiones no percibimos las miradas del futuro en este mismo presente, ni tomamos en cuenta cada segundo que se vive y únicamente hemos estado viviendo en un pasado que ya no volverá más, y esperando un futuro tan impalpable que por estar viendo a través de la ventana, olvidamos que el presente llega por la puerta principal desvaneciéndose con el respiro de nuestros pulmones.

Eso es lo que somos, un simple instante viviendo un presente que se esparce en el tiempo, recordando ayeres y esperando mañanas.

Un cambio se puede ejercer el día de hoy, con el simple y sencillo hecho de desearlo. Dicen, que cuando una persona desea algo fervientemente, el orden del cosmos hace hasta lo imposible por llevarlo a cabo. Y ahí estamos nosotros, esperando que la solución llegué a nosotros de una manera sencilla, aunque en realidad lo sea, y nos guste complicarnos la existencia.

Es por ello, que aquí sentada, en este día perfectamente imperfecto, tomé la decisión que tal vez lleve mi vida hacia otros rumbos, lejanos horizontes, y nuevos sueños. Renovarse o morir, es lo que dicen, y lo que se ha estado aplicando en diversas fuentes del conocimiento, hoy, soy una de ellas.

La evolución puede tardar millones de años, o una milésima de segundo sentada en la cama, pensando en el hoy, el presente, los recuerdos, y tu, inmersa entre las sábanas y sueños, ideando cada momento, una vida, un hoy, un presente… es tiempo de evolucionar.

Tomar la decisión es fácil, llevarla a cabo, quizá sea un tanto complicado, mas, mantener el ritmo generado, es lo más difícil que hay que hacer, ya que uno, como humano, está acostumbrado a un ritmo de vida, tal vez mundano, citadito, costumbrista… inerte para dejarte llevar por la corriente. De vez en cuando [una vida, quizá] hay que ser salmón e ir en contra de la corriente, para subir las cascadas más excelsas, llegando a la cima, para así, tratando y yendo aún más lejos.

Un tanto más de un año en éste anillo, tan repetitivo, de caídas absolutas y volverte a levantar sonriendo, dejándote de importar las cosas y volviéndote a importar otra vez, cerrando los ojos sin dormir para desfallecer, para después darte cuenta que esa no es la solución de lo que se debe hacer. No hace falta el reconocimiento de los demás, cuando en realidad, tienes en ti misma, en tu mente, lo que tu eres, lo que sabes, y lo que puedes hacer. Es humano olvidar lo humanos que podemos llegar a ser, pero aunque lo olvidemos, seguimos siendo aquello que hemos sido.

Tuve tantas expectativas al ingresar a éste círculo, y quizá ese haya sido mi peor enemigo, mi peor error asistido, cuando al atravesar el umbral de aquella, imaginariamente enorme barrera, y ver simplemente un campo, tranquilo, de guerra.

Las visiones cambian más rápido que las personas, ya que las personas exteriorizamos nuestro cambio a nuestro alrededor antes de verlo en nosotros mismos frente al espejo de nuestra alma, y así, viendo aquel cementerio, con lápidas ocultas, velas deshechas, sueños sucumbidos, sin flores del desierto, estando simplemente el silencio del viento, una tristeza me inundó. Sin regresarme a la página anterior para después cerrar el libro, continúe leyendo aquellas líneas en los rostros de las personas, en las miradas que se olvidan de si mismas…. Únicamente páginas en blanco, con los números en las esquinas diciéndome el tiempo que se estoy recorriendo día a día, todo en blanco, y yo, me sentí perdida.

Después de girar completos capítulos, danzar con ellos una y otra vez, intentando ser feliz, viendo en otros libros la superación de su silencio, y como van llenando letra a letra la vida de un anillo, simplemente me quedé viendo, ¡intentando hacer lo mismo con éste desierto!, pero claro, como todo desierto, una tormenta de arena hace que todo mi esfuerzo se vea sumergido en los susurros de un viento adverso.

Todo fue confuso, ahora, es más claro, y espero recordar esta visión del horizonte tan lejano y palpable, para cuando vuelva a caer, cerrar los ojos viendo en mis adentros, visualizando la meta trazada, aquel horizonte que en mi mente se encuentra situada, ahí es donde se vive la gran batalla.

Es en mi libro, el cual escribo día con día, enfrentando mis temores, mis miedos más fervientes, mis alegrías, mis soles y lunas, mis amores, desamores, decepciones, recompensas, orgullos… etc., es en mi libro donde en realidad debe de valer el reconocimiento, no en el ajeno que continúa en blanco. Este libro, día a día un verso nuevo le escribo, un sueño siembro entre las surcos de las letras, y los riego con cada lágrima que pueda desechar, por siempre, los sentimientos hay que reciclar. En aquel libro, el viento le seguirá escribiendo, lo continuaré hojeando, mas ya no me desharé al palpar estas llagas que tan dolorosamente se han incrustado en mi alma, ya no más, simplemente será mi catarsis, eso es lo que será.

Aprendiendo de los errores ajenos es el camino más sabio que se puede optar en la vida, además de continuar haciendo mi propio camino entre estos campos tan hermosos y espinosos que se me presentan ante mí. ¿Qué colina elegiré? ¿Qué árboles sembrare? …. ¿Qué fruto seré?

Y es aquí, cuando lo que he aprendido, todos mis pensamientos, mis sentimientos, se sientan en una mesa redonda y tienen una discusión. Yo no quiero ser un roble, que aunque parezca fuerte, con un golpe se derrumbe; yo no quiero ser un manzano, que deje caer sus frutos para defenderse; yo lo que quiero ser, es un bambú, si, un ser vivo, que respira, que se alimenta, y nos da vida… tan fuerte y tan ágil a la vez, para poderse doblar sin romperse.

Me tardé, pero hoy, tomando café, tome la decisión, y aunque me haya tomado el tiempo, esperando una respuesta en vano, me sirvió para reflexionar tanto del comportamiento humano, para conocer mis debilidades, mi fortaleza, mi individualidad, al igual que aquella extraordinaria dualidad que vive en mi, que se complementan sin necesitar a alguien más que le diga que está bien, pero que si necesita que le marquen que está mal.

Y me pondré a citar, a un autor que no lo amo, que es un novelista extraordinariamente simple, y que sabe llevar su pensamiento a letras sencillas para el conocimiento, éste es Paulo Coehlo, aquel ser de origen brasileño, novelista, periodista, compositor de canciones, director y actor multiusos. Este literato [principalmente], el anillo rojo lo ha tomado como referencia, más especialmente, aquel libro titulado EL PEREGRINO, el cual se basa principalmente en su peregrinaje hacia Santiago de Compostela en la búsqueda del merecimiento de su espada.

“Nunca desistas de un sueño.

Sólo trata de ver las señales que te lleven a él.”

Yo opino que es bueno matar de vez en cuando, a algunos sueños arrumbados por ahí. No por el hecho de que sean imposibles realizarlos, y desistir en la búsqueda de la realización de éstos, sino, al contrario, hay que asesinarlos lenta y dolorosamente, para que nos demos cuenta de lo que podemos perder, para que después, resurjan de las cenizas cual fénix, más fuerte, con plumas nuevas, y así llegar más alto, volar más rápido, hasta que se llegue al horizonte. Las señales que se pueden presentar, ya sean las saetas amarillas con el peregrinaje de Santiago de Compostela, son “extras” que te pueden hacer más fácil la localización del camino, y son de gran ayuda, pero, sabiendo hacia donde te diriges, tu corazón será la mejor brújula.

“Sólo una cosa vuelve un sueño imposible:

el miedo a fracasar.”

El miedo, es uno de los peores sentimientos que en nosotros mismos puede resurgir, ya que es éste el gusano que se come nuestros pensamientos, nuestras acciones… nuestra vida, y en si, nuestros sueños.

Así como la palabras ‘siempre’ ‘nunca’ ‘jamás’, son falacias de la vida misma, así es todo aquello que decimos “imposible”. Dentro de nuestra mente, todo es posible, y como lo dijo algún día de su vida Ernesto Guevara “Hay que ser realistas, hay que pensar en lo imposible”, el miedo al fracaso, convierten nuestra realidad, en una fantasía de frustraciones, y más miedo… ¿Qué hay que hacer? Enfrentarlo, encararlo, aprender de ello, y cambiar nosotros mismos, para nosotros.

Cuando quieres realmente una cosa,

todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla.

… y aún así…

Cuando alguien desea algo debe saber

que corre riesgos y por eso la vida vale la pena.

La vida se puede desvanecer sin sentido cuando lo que queremos, se queda en el simple “quiero”. No basta con quererlo, no basta con desearlo.. hay que hacer que se realice todo aquello que en nuestro corazón habita, que nuestro corazón encierra con el único objetivo que, crecer como personas.

Los obstáculos son multitudinales: cíclopes que estén alrededor de nuestra isla, buitres que esperarán a alguna de nuestras caídas para devorarnos vivos, etc. Y únicamente, lo que se hace, es levantarse cada vez más rápido de nuestras caídas, recordar constantemente lo aprendido a lo largo de nuestra vida .

Llegamos a este mundo, viniendo de otro un tanto más cálido, silencioso y en cierta manera, hogareño… llegamos a éste, frío, mundano, ruidoso, y con tantas miradas clavadas hacia a ti, y venimos aquí sin armas para defendernos, únicamente con una templanza tan clara y marcada, con la avidez de conocimiento, de vivir ésta enigmática cosa llamada vida…. ¿Por qué a lo largo de nuestro tiempo de vida, dejamos de lado la templanza y nos dejamos derrumbar por las sales del viento, por las arenas del tiempo?.... la vida duele, y es el dolor lo único que nos indica que estamos vivos… a pesar de todo el dolor que podamos sufrir, soportar, la vida vale la pena ser vivida.

Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras,

te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías.

Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello,

pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.

Así, en este día, esta mañana donde en realidad no sabía que iba a escribir tal cantidad de palabras, tantas páginas subrayadas en mi memoria, esperando sin esperar, simplemente siguiendo los latidos de mi corazón, superando la pesadez del silencio, y todo éste frío viento que en el desierto me quemó el rostro. Ahora me encuentro nuevamente dentro de mi misma, con una perspectiva más clara de lo que quiero y voy a llegar a ser. He comenzado con un paso, un camino distinto, donde tomo la responsabilidad de dejar otros tantos caminos de lado.

Sé que una nueva batalla se librará el día de hoy, así como el día de mañana. Aprender de aquello por lo que has luchado, y por quien has luchado, es aprender de ti mismo. Servir, no es lo mismo que servil, eso ya lo había entendido, pero, creo que mi sentido de Servicio ha renacido, y un nuevo círculo dentro de mi se ha creado. Ya no necesito que mi nombre sea escrito en las arenas del desierto, ya no necesito que me vean y reconozcan lo poco o mucho que he hecho, porque yo sé lo que soy y he sido.

Las personas cambian cuando se dan cuenta

del potencial que tienen para cambiar las cosas.

Me gustaría ver el anillo cambiar, y formar parte de aquel cambio, pero no puedo hacerlo, si yo no cambio primero.

Diana Gaviota

Regnum. Agnus. Mundi.



-?Siempre listos para Servir!-

No hay comentarios.: